Es una palabra relativamente nueva en el castellano, tanto así, que aunque la busques en los diccionarios puede que no la encuentres.
Es una figura de acompañamiento en los procesos femeninos, sin tratarse de personal sanitario (médicas, enfermeras, matronas, comadronas, psicologas etc.) y sin reemplazarlos en ningún momento. Al no ser responsable de la monitorización de la madre y bebe, puede enfocar su atención en las necesidades de la mujer. Brindan apoyo físico y emocional a la mujer y su familia, siendo un complemento a los cuidados médicos.
En algunos países es una práctica habitual, estando incluso presentes en las salas de parto como personal de plantilla.
En las revisiones sistemáticas de estudios comparativos se ha demostrado que la atención individualizada y continuada mejora, de cierta forma, la atención sanitaria sin aumentar los daños. Pero bueno, esto da para muchísimo y lo iremos hablando, ¡eso ténganlo por seguro!
En resumen y en mis palabras, una doula es una mujer que se ha preparado y está dispuesta a estar ahí para TI, mujer maravillosa; para escucharte, guiarte, apoyarte, sostenerte y ayudarte en lo que TU vayas necesitando, sin juicio ni crítica, pero si con mucho amor.
¿Quieres tener esta figura como parte de tu maternidad o paternidad? ¡Pues para eso estamos! Para ir compartiendo, planificando, preparando esa maravillosa vida que viene después del parto.